Un grupo de vecinos lleva adelante una radio comunitaria, donde prevalece la integración y el respeto por la identidad. El estudio está ubicado en una casilla rodante, desde donde surgen historias que valen la pena contarse.
por Hernán Espinosa
MIRAMAR (Corresponsal).- Mediodía de un sábado frío, con algo de viento característico de Mar del Sud, pero con un sol que causa buenas sensaciones después de largos días grises con temperaturas bajas y abundantes lluvias.
En la calle 104 entre 27 y 29 aguardan un grupo de vecinos, algunos de ellos tímidos por la visita, pero a la vez entusiasmados por contar su historia.
Atrás de un chalet está La Rodante FM Comunitaria, con su antena y los estudios muy bien acomodados dentro de una casilla. Desde allí, todos los días la 99.5 es la sintonía que comunica a toda la zona urbana y rural de Mar del Sud, una población algo olvidada que decidió con un notable esfuerzo y trabajo mancomunado llevar a cabo el proyecto de un medio de comunicación abierto a la participación de todos.
El recibimiento es cálido por parte de Damián García y “Lolo” Viggiani, impulsores de la radio quienes agradecen la visita y detrás empiezan a sumarse a la conversación otros protagonistas que cada día se ponen en sintonía con sus vecinos.
“Creo que siempre soñamos con esto, comenzamos a charlar de qué proyecto queríamos impulsar y estuvimos de acuerdo que tenía que ser algo convencional”, acordaron los fundadores de La Rodante.
Finalmente, un día se tomó la decisión y con 13.000 pesos pudieron comprar el transmisor. Era el primer paso pero faltaba elegir el lugar para instalar los equipos, fue así que le compraron una casilla rodante a un vecino, la acondicionaron y armaron de a poco el estudio detrás de la casa de Damián.
“Se la compramos por 20.000 pesos y un LCD, después un amigo de Mar del Sud tenía una estructura de hierro que nos sirvió para montar la antena. Estábamos algo trabados con un transmisor muy pequeño pero que funcionaba, le sumamos una consola usada y la computadora”, destacó Damián.
Los creadores de la FM Comunitaria dejaron en claro que debieron asesorarse en la parte técnica, hacer pruebas permanentes y desde radio La Azotea de Mar del Plata, les brindaron las recomendaciones profesionales necesarias.
“Debíamos generar el espacio y luego ir construyendo lo otro, hoy estamos en un proceso de crecimiento con las dificultades del caso, entre ellas, el pago de la luz pero vamos para delante con mucha pasión. Cada programa paga sólo 150 pesos mensuales para los gastos”, puntualizó Lolo.
Elección de sintonía
Desde el comienzo fue elegir una sintonía que no interfiriera a ninguna radio de Miramar ni la llegada de las importantes de Mar del Plata.
El alcance de La Rodante, incluye la zona rural lindera a la villa balnearia, hacia ruta 88 y por ruta 11 hasta el estadio General Alvarado en el ingreso a Miramar. También la señal suele llegar hasta cercanías de Centinela del Mar.
“El antenista nos dijo que tenía una radio antes y mantenía la frecuencia 99.5, es más estaban aún los spots, entonces quedó esa”, destacó Damián, entre risas.
En términos legales buscan ir dando los pasos correspondientes para estabilizarse definitivamente. De todas maneras, se apoyan en una figura de la Ley del Servicio de Comunicación, relacionada con las emisoras situadas en espacios donde no existen frecuencias radiales.
Programación
Muchas personas e instituciones, con un notable entusiasmo, forman parte de la variada grilla semanal de La Rodante que también se puede escuchar en internet a través de larodante.caster.fm.
Integrantes de la radio comunitaria.
La campaña del equipo local en la liga barrial es un clásico de cada domingo por la mañana y también el centro de salud tiene su programa. Diariamente está Damián García con “Sudestada Informativa”, a quienes se suma “El Acertijo” con la participación infantil, el folclore, jazz, más deporte con “La pelota al 10”, la historia y “Todos por Mar del Sud”.
Cada uno de quienes componen esta gran familia radial expresó el orgullo de pertenecer al proyecto, en casos hasta con lágrimas en los ojos. Buscan algo simple, revalorizar su identidad a través de las relaciones humanas, algo por demás valorable en esta realidad social que nos toca vivir cada día.